Joaquín Arrarás es el primer autor que traduce el texto completo y cita la fuente: Historia de la cruzada Española. Madrid, 1943, tomo veintiocho, pp. 108 y 109.
Andreu Castells es el segundo autor que cita el texto completo con pequeñas diferencias en la traducción, pero no dice la fuente: Las Brigadas Internacionales de la guerra de España. Barcelona, 1974, pp. 257 y 258.
Texto original:
“Per completare questo quadro, riportiamo il resoconto stenografico della relazione fatta da André Marty al Comitato del Partito comunista francese il 15 novembre 1937 pubblicato da tutta la stampa mondiale di sinistra.
“In Spagna, frammisti coi buoni militanti comunisti, socialisti antifascisti italiani, fuorusciti tedeschi, anarchici d’ogni pelo e d’ogni razza, sono affluite molte centinaia di elementi criminali internazionali e mentre parte di essi si sono limitati a voler vivere grassamente senza far nulla e senza combattere, molti altri hanno iniziato, approfittando del disordine dei primi giorni, una serie innumerevole di delitti abominevoli: strupri, violenze, rapine, omicidi per pura malvagità, furti, sequestro di persone ecc. ecc. Non contenti di ciò hanno inscenato sanguinose ribellioni alle autorità di Valencia e qualcuno s’è dato allo spionaggio in favore di Franco.
Man mano che la polizia di Valencia si rendeva padrona della situazione, tali elementi venivano rastrellati e diretti su Albacete, centro di formazione delle brigate internazionali posto ai miei ordini.
Mentre parte degli elementi anzidetti hanno riscattato le loro colpe recandosi a combattere valorosamente e cadendo nei più sanguinosi scontri che, per la salvezza di Madrid, sono stati sostenuti dalle brigate internazionali, altri hanno dato prova d’essere incorreggibili.
Ad Albacete pretendevano di continuare le criminose imprese compiute altrove; arrestati sono evasi dal campo di concentramento aggredendo e uccidendo parte del personale di vigilanza.
Davanti a ciò non ho più esitato ad ho ordinato le esecuzioni necessarie.
Le esecuzioni da me ordinate non oltrepassano le 500, tutte eseguite nei confronti di autentici criminali mascherati da combattenti della libertà.
La situazione spagnola è seria ma non grave. Col trasporto del Governo da Valencia a Barcellona si è eliminato l’equivoco della Generalità catalana e ormai tutta la Spagna rossa è governata esclusivamente da salde mani comuniste…
Per la polizia si è provveduto con i battaglioni di guerdia repubblicana e le brigate di agenti istruite dagli specialisti venuti da Mosca che compiono meraviglie”: Generale Francesco Belforte. La guerra civile in Spagna. Gli interventi stranieri nella Spagna rossa. Istituto per gli Studi di Politica Internazionale. Vol. II. Varese-Milano. 19 novembre 1938, pp. 132 y 133.
Ese es el famoso y polémico texto del general italiano Francesco Biondi Morra, que escribía bajo el seudónimo de Francesco Belforte, y de cuyo contenido hay que decir varias cosas:
1º. Se trata de una rendición de cuentas del hermano André Marty ante el Comité del PCF, cuando estaba siendo criticada y cuestionada su dirección en las Brigadas Internacionales. (Sin nombrarle se le crítica en el informe en francés alto secreto de 29 de agosto de 1937, redactado por el máximo representante de la Internacional Comunista el italiano Palmiro Togliatti, “Alfredo”, donde entre otras cosas afirmaba: “Todos se quejan del hecho de que en las brigadas no cuenten con dirección y en efecto, se aprecian al respecto las consecuencias de cierto número de errores y orientaciones incorrectas en el pasado. El problema central es el de la dirección. Hay que purgar enérgicamente la base de Albacete”: Ronald Radosh, Mary R. Habeck y Grigory Sevostianov. España traicionada. Stalin y la guerra civil. Barcelona, 2002, pp. 311 a 317).
2º. La reunión a puerta cerrada se celebró el 15 de noviembre de 1937.
3º. Uno de los presentes en esa reunión por medio de la taquigrafía recogió parte de la declaración de Marty.
4º. Bien en la transcripción o bien en la traducción se comete un error en la palabra “violenze” en lugar de violazioni, y una errata en “guerdia” en vez de guardia.
5º. Las anotaciones tomadas en esa reunión pasan a Italia, y un año después aparecen en el tomo segundo de la obra de Francesco Belforte.
6º. Es un falso alarde la afirmación en la presentación del escrito de que fue publicado por toda la prensa mundial de izquierda.
7º. Un dato que sitúa en el tiempo al escrito es cuando afirma: “Col trasporto del Governo da Valencia a Barcellona si è eliminato l’equivoco della Generalità catalana”. Precisamente hacía dos semanas en la Gaceta de la República con fecha 31 de octubre de 1937, p. 392, se había publicado un decreto que decía: “Artículo 1º. Se fija temporalmente en Barcelona la residencia oficial del Gobierno de la República a partir de la publicación de este Decreto de Gracia. Dado en Valencia a veintiocho de octubre de mil novecientos treinta y siete”.
8º. Los cinco últimos renglones del escrito van en letra cursiva con intención de resaltarlos; y exceptuando donde se lee “ormai tutta la Spana rossa è governata esclusivamente da salde mani comuniste…”, que ciertamente es una licencia o añadido, todo el texto desde el principio hasta el final, lo que se intenta demostrar con ese testimonio es la intervención extranjera comunista en la España roja.
Por si alguien todavía no se había enterado, un autor italiano resaltaba que Francesco Belforte era un general fascista. Lo curioso de todo es que ese autor italiano cuando cita el texto pone como fuente a Andreu Castells. Ese es el problema del fanatismo, que ciega; por eso ese autor italiano no habrá podido mirar en los archivos italianos ni en las obras de sus compatriotas.
Terminada la Guerra, en el verano u otoño de 1939 se publica en España un librito titulado: Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices, editado por el Comité de Información y Actuación Social. Barcelona.
Se deduce que fue publicado durante el verano u otoño de 1939 porque uno de los últimos testimonios que recoge es de The Sign de junio de 1939. El librito es una recopilación y traducción de escritos donde se citan también a sus autores. Hay varias referencias a André Marty, pero precisamente en ese escrito no se cita la fuente de información. El texto es el siguiente, p. 23:
“Las acusaciones son gravísimas y fundadas. Marty pretende justificarse, en su informe ante el Comité Central del partido Comunista, el 15 de noviembre de 1937.
“En España, mezclados con los buenos militantes comunistas, socialistas, antifascistas italianos, emigrados alemanes, anarquistas de todos los países y razas, acudieron muchos centenares de elementos criminales internacionales, y mientras parte de ellos se limitaban a vivir cómodamente sin hacer nada y sin combatir, otros muchos iniciaron, aprovechándose del desorden de los primeros días, una serie innumerable de abominables delitos: estupros, violencia, rapiñas, homicidios por pura maldad, hurtos, secuestros de personas, etc. No contentos con esto, organizaron sangrientas rebeliones contra las autoridades de Valencia y algunos se dedicaron al espionaje por cuenta de Franco… Estos elementos eran enviados a Albacete, centro de la formación de las Brigadas Internacionales puesto bajo mis órdenes. Mientras una parte de los citados elementos consiguieron lavar sus culpas, marchando a combatir valientemente y cayendo en las batallas más duras sostenidas por las Brigadas en la defensa de Madrid, otros han dado pruebas de ser incorregibles. Pretendían algunos continuar las empresas criminales realizadas en otras partes; se evadieron del campo de concentración en que habían sido encarcelados, agrediendo y asesinando a sus vigilantes. Ante aquello no vacilé y ordené las ejecuciones necesarias… Las ejecuciones ordenadas por mí no sobrepasan las quinientas…”.
Por tres veces se interrumpe el texto, demostrando con ello que se trata de una parte de otro más amplio y por lo tanto no es fuente de información de primera mano. Otra nota es que no figura por ninguna parte la expresión “España roja”, porque con ese texto lo que se pretende es resaltar la indisciplina y criminalidad y como consecuencia las ejecuciones en las Brigadas, y de paso cargar contra el hermano André Marty, “El Carnicero de Albacete”. Otro dato es que desaparece la cifra “500” y se cita con letras, “quinientas”.
Hay autores que citan ese texto pero no citan la fuente; otros citan sólo una parte de la traducción de Joaquín Arrarás pero sin citarle a él; y otros citan uno o dos renglones con la famosa cifra. Sólo voy advertir al lector sobre dos mentirosos de cuidado a la hora de tratar ese texto: César Vidal Manzanares y Rémi Skoutelsky.
Ricardo de la Cierva. Leyenda y tragedia de las Brigadas Internacionales. Madrid, 1973, p. 177, presenta en ese libro el texto como “sobrecogedoras confesiones”, y después cita literalmente el texto y la fuente: Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices.
César Vidal plagia descaradamente a Ricardo de la Cierva y presenta el texto como “especialmente escalofriante –pero fuente de primera mano-”, y después, cambiando algunas palabras para que no se note fusila el texto de Ricardo de la Cierva. Y con todo cinismo afirma que es “fuente de primera mano” para luego al final no citar la fuente. Además, Vidal conoce el libro de Andreu Castells editado en 1974 donde reproduce el texto con sus 29 renglones; así todo, Vidal pretende pasar como fuente de primera mano un texto que contiene 19 renglones: Las Brigadas Internacionales. Madrid, 1998, p. 367. En la “edición ampliada y actualizada” de 2006, p. 396, sigue mintiendo al repetir lo mismo. Y además, este autor cita la obra de Francesco Belforte y la de Joaquín Arrarás, demostrando con ello que copia mal, que no se acuerda, o que simplemente las cita para ampliar lo más posible su bibliografía.
Rémi Skoutelsky. Novedad en el frente. Madrid, 2006. Este autor comienza por confesarse partidario de los bolcheviques y del Frente Popular, p. 17, y por tanto el libro es una loa propagandística y un intento de ocultar las ejecuciones y asesinatos cometidos en las Brigadas Internacionales, a la vez de tratar por todos los medios de presentar a un André Marty como “El Pastelero de Albacete”, y para ello no duda en montar toda una trama de mentiras.
La primera mentira es cuando escribe: “El 15 de octubre de 1937, Marty habría dicho ante el comité central del PCF las siguientes palabras (…)”, p. 341. Lanza esa primera mentira para luego decir que quien afirme eso está mintiendo, cuando en realidad el único que miente es él, pues no existe ni un solo autor que cite esa fecha como la perteneciente al texto, excepto Guillermo Cabanellas, 1973, vol. II, p. 778, que lo fecha en vez del 15 el “18 de noviembre de 1937”.
La segunda mentira es cuando afirma: “La expresión “España roja”, que típicamente pertenece al vocabulario de la derecha, puesta en labios de Marty, hace que la autenticidad del conjunto de la frase quede sujeta a reserva”, p. 341. El lector podrá recordar y comprobar, que en el texto de Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices no existe la expresión “España roja”, y como se verá un poco más adelante el mentiroso autor afirma que ese texto es la fuente primaria.
Es cierto que quien conozca los escritos e informes de Marty sabe que esa expresión no es suya, expresión que va en los últimos renglones del texto, y que a diferencia del resto están escritos con letra cursiva indicando una intencionalidad.
Y para finalizar la tercera mentira que se comenta por sí misma: “Continuando las investigaciones de Serrano (se refiere a Carlos Serrano. L’enjeu espagnol: PCF et guerre d’Espagne. París, 1987), encontré la fuente de esta cita: Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices, una selección de artículos, publicada justo al final de la guerra civil por la propaganda franquista en Barcelona. El auténtico discurso de Marty aparece allí reproducido con un “detalle” de más: el “añadido” de los quinientos fusilados. En síntesis, una falsificación bastante hábil”, p. 342.
Para los defensores del comunismo, Rémi Skoutelsky es la última palabra infalible sobre las Brigadas Internacionales. Un autor se escandalizaba y arremetía contra los autores de una obra porque en ella no se citaba al mentiroso sujeto. Otro autor sectario y prosoviético que medró como funcionario durante el franquismo, afirma que la obra del mentiroso sujeto supera -será en mentiras- a la del brigadista Castells. Señores no intenten confundir: Rémi Skoutelsky no es la última palabra sobre las Brigadas Internacionales, es la última mentira sobre las Brigadas Internacionales.
Andreu Castells es el segundo autor que cita el texto completo con pequeñas diferencias en la traducción, pero no dice la fuente: Las Brigadas Internacionales de la guerra de España. Barcelona, 1974, pp. 257 y 258.
Texto original:
“Per completare questo quadro, riportiamo il resoconto stenografico della relazione fatta da André Marty al Comitato del Partito comunista francese il 15 novembre 1937 pubblicato da tutta la stampa mondiale di sinistra.
“In Spagna, frammisti coi buoni militanti comunisti, socialisti antifascisti italiani, fuorusciti tedeschi, anarchici d’ogni pelo e d’ogni razza, sono affluite molte centinaia di elementi criminali internazionali e mentre parte di essi si sono limitati a voler vivere grassamente senza far nulla e senza combattere, molti altri hanno iniziato, approfittando del disordine dei primi giorni, una serie innumerevole di delitti abominevoli: strupri, violenze, rapine, omicidi per pura malvagità, furti, sequestro di persone ecc. ecc. Non contenti di ciò hanno inscenato sanguinose ribellioni alle autorità di Valencia e qualcuno s’è dato allo spionaggio in favore di Franco.
Man mano che la polizia di Valencia si rendeva padrona della situazione, tali elementi venivano rastrellati e diretti su Albacete, centro di formazione delle brigate internazionali posto ai miei ordini.
Mentre parte degli elementi anzidetti hanno riscattato le loro colpe recandosi a combattere valorosamente e cadendo nei più sanguinosi scontri che, per la salvezza di Madrid, sono stati sostenuti dalle brigate internazionali, altri hanno dato prova d’essere incorreggibili.
Ad Albacete pretendevano di continuare le criminose imprese compiute altrove; arrestati sono evasi dal campo di concentramento aggredendo e uccidendo parte del personale di vigilanza.
Davanti a ciò non ho più esitato ad ho ordinato le esecuzioni necessarie.
Le esecuzioni da me ordinate non oltrepassano le 500, tutte eseguite nei confronti di autentici criminali mascherati da combattenti della libertà.
La situazione spagnola è seria ma non grave. Col trasporto del Governo da Valencia a Barcellona si è eliminato l’equivoco della Generalità catalana e ormai tutta la Spagna rossa è governata esclusivamente da salde mani comuniste…
Per la polizia si è provveduto con i battaglioni di guerdia repubblicana e le brigate di agenti istruite dagli specialisti venuti da Mosca che compiono meraviglie”: Generale Francesco Belforte. La guerra civile in Spagna. Gli interventi stranieri nella Spagna rossa. Istituto per gli Studi di Politica Internazionale. Vol. II. Varese-Milano. 19 novembre 1938, pp. 132 y 133.
Ese es el famoso y polémico texto del general italiano Francesco Biondi Morra, que escribía bajo el seudónimo de Francesco Belforte, y de cuyo contenido hay que decir varias cosas:
1º. Se trata de una rendición de cuentas del hermano André Marty ante el Comité del PCF, cuando estaba siendo criticada y cuestionada su dirección en las Brigadas Internacionales. (Sin nombrarle se le crítica en el informe en francés alto secreto de 29 de agosto de 1937, redactado por el máximo representante de la Internacional Comunista el italiano Palmiro Togliatti, “Alfredo”, donde entre otras cosas afirmaba: “Todos se quejan del hecho de que en las brigadas no cuenten con dirección y en efecto, se aprecian al respecto las consecuencias de cierto número de errores y orientaciones incorrectas en el pasado. El problema central es el de la dirección. Hay que purgar enérgicamente la base de Albacete”: Ronald Radosh, Mary R. Habeck y Grigory Sevostianov. España traicionada. Stalin y la guerra civil. Barcelona, 2002, pp. 311 a 317).
2º. La reunión a puerta cerrada se celebró el 15 de noviembre de 1937.
3º. Uno de los presentes en esa reunión por medio de la taquigrafía recogió parte de la declaración de Marty.
4º. Bien en la transcripción o bien en la traducción se comete un error en la palabra “violenze” en lugar de violazioni, y una errata en “guerdia” en vez de guardia.
5º. Las anotaciones tomadas en esa reunión pasan a Italia, y un año después aparecen en el tomo segundo de la obra de Francesco Belforte.
6º. Es un falso alarde la afirmación en la presentación del escrito de que fue publicado por toda la prensa mundial de izquierda.
7º. Un dato que sitúa en el tiempo al escrito es cuando afirma: “Col trasporto del Governo da Valencia a Barcellona si è eliminato l’equivoco della Generalità catalana”. Precisamente hacía dos semanas en la Gaceta de la República con fecha 31 de octubre de 1937, p. 392, se había publicado un decreto que decía: “Artículo 1º. Se fija temporalmente en Barcelona la residencia oficial del Gobierno de la República a partir de la publicación de este Decreto de Gracia. Dado en Valencia a veintiocho de octubre de mil novecientos treinta y siete”.
8º. Los cinco últimos renglones del escrito van en letra cursiva con intención de resaltarlos; y exceptuando donde se lee “ormai tutta la Spana rossa è governata esclusivamente da salde mani comuniste…”, que ciertamente es una licencia o añadido, todo el texto desde el principio hasta el final, lo que se intenta demostrar con ese testimonio es la intervención extranjera comunista en la España roja.
Por si alguien todavía no se había enterado, un autor italiano resaltaba que Francesco Belforte era un general fascista. Lo curioso de todo es que ese autor italiano cuando cita el texto pone como fuente a Andreu Castells. Ese es el problema del fanatismo, que ciega; por eso ese autor italiano no habrá podido mirar en los archivos italianos ni en las obras de sus compatriotas.
Terminada la Guerra, en el verano u otoño de 1939 se publica en España un librito titulado: Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices, editado por el Comité de Información y Actuación Social. Barcelona.
Se deduce que fue publicado durante el verano u otoño de 1939 porque uno de los últimos testimonios que recoge es de The Sign de junio de 1939. El librito es una recopilación y traducción de escritos donde se citan también a sus autores. Hay varias referencias a André Marty, pero precisamente en ese escrito no se cita la fuente de información. El texto es el siguiente, p. 23:
“Las acusaciones son gravísimas y fundadas. Marty pretende justificarse, en su informe ante el Comité Central del partido Comunista, el 15 de noviembre de 1937.
“En España, mezclados con los buenos militantes comunistas, socialistas, antifascistas italianos, emigrados alemanes, anarquistas de todos los países y razas, acudieron muchos centenares de elementos criminales internacionales, y mientras parte de ellos se limitaban a vivir cómodamente sin hacer nada y sin combatir, otros muchos iniciaron, aprovechándose del desorden de los primeros días, una serie innumerable de abominables delitos: estupros, violencia, rapiñas, homicidios por pura maldad, hurtos, secuestros de personas, etc. No contentos con esto, organizaron sangrientas rebeliones contra las autoridades de Valencia y algunos se dedicaron al espionaje por cuenta de Franco… Estos elementos eran enviados a Albacete, centro de la formación de las Brigadas Internacionales puesto bajo mis órdenes. Mientras una parte de los citados elementos consiguieron lavar sus culpas, marchando a combatir valientemente y cayendo en las batallas más duras sostenidas por las Brigadas en la defensa de Madrid, otros han dado pruebas de ser incorregibles. Pretendían algunos continuar las empresas criminales realizadas en otras partes; se evadieron del campo de concentración en que habían sido encarcelados, agrediendo y asesinando a sus vigilantes. Ante aquello no vacilé y ordené las ejecuciones necesarias… Las ejecuciones ordenadas por mí no sobrepasan las quinientas…”.
Por tres veces se interrumpe el texto, demostrando con ello que se trata de una parte de otro más amplio y por lo tanto no es fuente de información de primera mano. Otra nota es que no figura por ninguna parte la expresión “España roja”, porque con ese texto lo que se pretende es resaltar la indisciplina y criminalidad y como consecuencia las ejecuciones en las Brigadas, y de paso cargar contra el hermano André Marty, “El Carnicero de Albacete”. Otro dato es que desaparece la cifra “500” y se cita con letras, “quinientas”.
Hay autores que citan ese texto pero no citan la fuente; otros citan sólo una parte de la traducción de Joaquín Arrarás pero sin citarle a él; y otros citan uno o dos renglones con la famosa cifra. Sólo voy advertir al lector sobre dos mentirosos de cuidado a la hora de tratar ese texto: César Vidal Manzanares y Rémi Skoutelsky.
Ricardo de la Cierva. Leyenda y tragedia de las Brigadas Internacionales. Madrid, 1973, p. 177, presenta en ese libro el texto como “sobrecogedoras confesiones”, y después cita literalmente el texto y la fuente: Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices.
César Vidal plagia descaradamente a Ricardo de la Cierva y presenta el texto como “especialmente escalofriante –pero fuente de primera mano-”, y después, cambiando algunas palabras para que no se note fusila el texto de Ricardo de la Cierva. Y con todo cinismo afirma que es “fuente de primera mano” para luego al final no citar la fuente. Además, Vidal conoce el libro de Andreu Castells editado en 1974 donde reproduce el texto con sus 29 renglones; así todo, Vidal pretende pasar como fuente de primera mano un texto que contiene 19 renglones: Las Brigadas Internacionales. Madrid, 1998, p. 367. En la “edición ampliada y actualizada” de 2006, p. 396, sigue mintiendo al repetir lo mismo. Y además, este autor cita la obra de Francesco Belforte y la de Joaquín Arrarás, demostrando con ello que copia mal, que no se acuerda, o que simplemente las cita para ampliar lo más posible su bibliografía.
Rémi Skoutelsky. Novedad en el frente. Madrid, 2006. Este autor comienza por confesarse partidario de los bolcheviques y del Frente Popular, p. 17, y por tanto el libro es una loa propagandística y un intento de ocultar las ejecuciones y asesinatos cometidos en las Brigadas Internacionales, a la vez de tratar por todos los medios de presentar a un André Marty como “El Pastelero de Albacete”, y para ello no duda en montar toda una trama de mentiras.
La primera mentira es cuando escribe: “El 15 de octubre de 1937, Marty habría dicho ante el comité central del PCF las siguientes palabras (…)”, p. 341. Lanza esa primera mentira para luego decir que quien afirme eso está mintiendo, cuando en realidad el único que miente es él, pues no existe ni un solo autor que cite esa fecha como la perteneciente al texto, excepto Guillermo Cabanellas, 1973, vol. II, p. 778, que lo fecha en vez del 15 el “18 de noviembre de 1937”.
La segunda mentira es cuando afirma: “La expresión “España roja”, que típicamente pertenece al vocabulario de la derecha, puesta en labios de Marty, hace que la autenticidad del conjunto de la frase quede sujeta a reserva”, p. 341. El lector podrá recordar y comprobar, que en el texto de Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices no existe la expresión “España roja”, y como se verá un poco más adelante el mentiroso autor afirma que ese texto es la fuente primaria.
Es cierto que quien conozca los escritos e informes de Marty sabe que esa expresión no es suya, expresión que va en los últimos renglones del texto, y que a diferencia del resto están escritos con letra cursiva indicando una intencionalidad.
Y para finalizar la tercera mentira que se comenta por sí misma: “Continuando las investigaciones de Serrano (se refiere a Carlos Serrano. L’enjeu espagnol: PCF et guerre d’Espagne. París, 1987), encontré la fuente de esta cita: Las Brigadas Internacionales según testimonio de sus artífices, una selección de artículos, publicada justo al final de la guerra civil por la propaganda franquista en Barcelona. El auténtico discurso de Marty aparece allí reproducido con un “detalle” de más: el “añadido” de los quinientos fusilados. En síntesis, una falsificación bastante hábil”, p. 342.
Para los defensores del comunismo, Rémi Skoutelsky es la última palabra infalible sobre las Brigadas Internacionales. Un autor se escandalizaba y arremetía contra los autores de una obra porque en ella no se citaba al mentiroso sujeto. Otro autor sectario y prosoviético que medró como funcionario durante el franquismo, afirma que la obra del mentiroso sujeto supera -será en mentiras- a la del brigadista Castells. Señores no intenten confundir: Rémi Skoutelsky no es la última palabra sobre las Brigadas Internacionales, es la última mentira sobre las Brigadas Internacionales.
Más aún, a fuerza de ser tan mentiroso resulta ridículo. Cuando se enfrenta al testimonio del brigadista italiano Carlo Penchienati y los 50 brigadistas liquidados en la prisión de Horta, así lo resuelve el sujeto mentiroso: "Según Penchienati, citado por Castells en Ralf Reventlow (Spanien in diesem Jahrhundert, Europa-Verlag, 1969, pp. 323-324.), en particular habría hecho ejecutar a unos cincuenta prisioneros después de una evasión colectiva. Cito este testimonio de tercera mano para no callar una información que pasó ante mis ojos, pero no creo que sea cierta, ya que el suceso habría dejado otros rastros, particularmente en el periodo en el que se habría producido": Novedad en el frente, llamada de la p. 357.
Afirma el sujeto mentiroso que es un testimonio de tercera mano, pero será porque él así lo quiere, basta con citar: Carlo Penchienati. Brigate Internazionali in Spagna: delliti della "Ceka" comunista. Milano, 1950, p. 125. Aquí tiene el sujeto mentiroso la fuente de primera mano, que luego no crea lo que en ella se afirma en él es lógico; pero Carlo Penchienati ha demostrado que es un autor de fiar y no el bolchevique mentiroso.
Al tratar este tema uno llega al convencimiento de que como máximo responsable, Marty cargó o le hicieron cargar con todos las ejecuciones y asesinatos cometidos en las Brigadas Internacionales; más aún, incluso hay quien en parte le justifica y le da la razón, como es el caso del anarquista y brigadista Andreu Castells:
“En cuanto a unas partes de estas “purgas”, Marty tenía razón. En las BI, como en cualquier otra unidad militar, algunas de las víctimas de los piquetes de ejecución fueron justificadas. La norma era la clásica de cualquier ejército, y se refería a los actos de deserción, traición, sabotaje, mutilación voluntaria, cobardía frente al enemigo… desde la batalla del Jarama las deserciones abundaron, pero no todos los desertores fueron apresados o fusilados. Se fusiló, asimismo, a algunos interbrigadistas acusados de delitos de derecho común: ladrones, estupradores, algún pederasta (excepto Nathan, jefe importante, que quedó disculpado). Seguramente se fusiló mucho más en las BI que en otras unidades gubernamentales”: Las Brigadas Internacionales de la guerra de España, p. 258.
Jacques Delperrié de Bayac brigadista y compatriota de Marty también le justifica:
“Añadimos también: ¿en qué guerras no se ha hecho uso de los pelotones de ejecución?
Se fusila a un asesino. Se fusila a los rateros. Se fusila a los que cometen violaciones. Se fusila aun pederasta demasiado agresivo.
Se levantan acusaciones contra el mismo André Marty –ciertamente equivocadas-, contra bastantes otros.
¿Cuántas ejecuciones en total para todas las Brigadas y baterías internacionales, por todos los motivos, durante toda la guerra? Voy a dar una cifra aproximada que me parece cierta: unos cincuenta. Cincuenta, son muchos. Quizá me equivoque y sean menos. ¿Más? También es posible, pero no muchos más. En cualquier caso, estamos muy lejos de las incesantes carnicerías descritas por algunos, por razones políticas, que asaltan la imaginación, y se termina por ver diez muertos donde había uno solo, y ciertas masacres o represalias de los franquistas también han sido exageradas”: Las Brigadas Internacionales. (París, 1968). Madrid, 1978, pp. 150 y 157.
No hace falta traducción porque se entiende perfectamente. En www.assemblee-nationale.fr/sycomore/fiche.asp?num_dept=5056 está el “Diccionario de parlamentarios franceses 1889 a 1940” de Jean Jolly. París, 1960, y en la biografía de André Marty se lee lo siguiente: “Marty y manifeste un comportement extrêmement brutal, faisant exécuter un grand nombre de volontaires pour des motifs futiles”.
Y después, en el “Diccionario de parlamentarios franceses desde 1940 hasta 1958 (documentación francesa)”, no entra en defensa ni acusación de Marty, porque entiende que: “Cet épisode, clos en noviembre 1938, a suscité des jugements contradictoires”.
En un informe secreto fechado el 10 de octubre de 1936 el hermano André Marty afirma: “Tenemos que enseñarles a mantener la cabeza fría y a no fusilar a una de cada diez personas, como se hace ahora”. Al final va a resultar que Marty era un pedazo de pan, “El Miguelito de Albacete”; pero el informe continua:
“Los creyentes tendrían que saber que si detenemos a algunos sacerdotes no es porque sirvan a Dios, sino porque están al servicio del fascismo, esto es, están disparando contra el pueblo y difundiendo propaganda fascista”: España traicionada, pp. 90 y 92.
“Detenemos a algunos sacerdotes…”, en total, entre monjas, seminaristas, frailes, curas y obispos casi 7.000 “detenidos”; es decir, asesinados. Y los seglares “detenidos” por el hecho de ser creyentes católicos cerca de 3.000: no está mal hermano André Marty.
Cuando faltaban dos meses para la retirada de las Brigadas Internacionales, dos brigadistas belgas que estaban encarcelados en la prisión de Casteldefells (Barcelona) escaparon a Francia y denunciaron las condiciones de la prisión y la tiranía del carcelero francés Marcel Lantez, “La Hiena”. André Marty desde el verano de 1937 estaba oficialmente apartado de todo cargo de responsabilidad dentro de las Brigadas Internacionales; pero a primeros de septiembre de 1938 llamó a Barcelona al yugoslavo Svetislav Djordjievic, para que pusiera orden y proporcionase a los presos unas condiciones de vida más normales: “Tienes que decirles que, si quieren, pueden volver a casa o reincorporarse a las brigadas, me dijo Marty con cierta desesperación”. Prosigue Djordjievic: “La comisión comenzó a investigar a los 395 detenidos, cuatro de los cuales fueron entregados a las autoridades españolas. La mayoría optó por volver a las brigadas y sólo uno de ellos quiso volver a casa. Fui a hablar con Marty para decirle que mi trabajo había terminado y que nombrase a otra persona”: Manuel González Moreno-Navarro. Las Brigadas Internacionales (Guerra Civil Española 1936-1939) su paso por Cataluña. Barcelona, 2009, pp. 38 a 42.
Lo dicho: el hermano André Marty, “El Miguelito de Albacete”.
(“Miguelitos” son pasteles rellenos de crema típicos de Albacete).
Ángel Manuel González Fernández, diciembre de 2010.
Al tratar este tema uno llega al convencimiento de que como máximo responsable, Marty cargó o le hicieron cargar con todos las ejecuciones y asesinatos cometidos en las Brigadas Internacionales; más aún, incluso hay quien en parte le justifica y le da la razón, como es el caso del anarquista y brigadista Andreu Castells:
“En cuanto a unas partes de estas “purgas”, Marty tenía razón. En las BI, como en cualquier otra unidad militar, algunas de las víctimas de los piquetes de ejecución fueron justificadas. La norma era la clásica de cualquier ejército, y se refería a los actos de deserción, traición, sabotaje, mutilación voluntaria, cobardía frente al enemigo… desde la batalla del Jarama las deserciones abundaron, pero no todos los desertores fueron apresados o fusilados. Se fusiló, asimismo, a algunos interbrigadistas acusados de delitos de derecho común: ladrones, estupradores, algún pederasta (excepto Nathan, jefe importante, que quedó disculpado). Seguramente se fusiló mucho más en las BI que en otras unidades gubernamentales”: Las Brigadas Internacionales de la guerra de España, p. 258.
Jacques Delperrié de Bayac brigadista y compatriota de Marty también le justifica:
“Añadimos también: ¿en qué guerras no se ha hecho uso de los pelotones de ejecución?
Se fusila a un asesino. Se fusila a los rateros. Se fusila a los que cometen violaciones. Se fusila aun pederasta demasiado agresivo.
Se levantan acusaciones contra el mismo André Marty –ciertamente equivocadas-, contra bastantes otros.
¿Cuántas ejecuciones en total para todas las Brigadas y baterías internacionales, por todos los motivos, durante toda la guerra? Voy a dar una cifra aproximada que me parece cierta: unos cincuenta. Cincuenta, son muchos. Quizá me equivoque y sean menos. ¿Más? También es posible, pero no muchos más. En cualquier caso, estamos muy lejos de las incesantes carnicerías descritas por algunos, por razones políticas, que asaltan la imaginación, y se termina por ver diez muertos donde había uno solo, y ciertas masacres o represalias de los franquistas también han sido exageradas”: Las Brigadas Internacionales. (París, 1968). Madrid, 1978, pp. 150 y 157.
No hace falta traducción porque se entiende perfectamente. En www.assemblee-nationale.fr/sycomore/fiche.asp?num_dept=5056 está el “Diccionario de parlamentarios franceses 1889 a 1940” de Jean Jolly. París, 1960, y en la biografía de André Marty se lee lo siguiente: “Marty y manifeste un comportement extrêmement brutal, faisant exécuter un grand nombre de volontaires pour des motifs futiles”.
Y después, en el “Diccionario de parlamentarios franceses desde 1940 hasta 1958 (documentación francesa)”, no entra en defensa ni acusación de Marty, porque entiende que: “Cet épisode, clos en noviembre 1938, a suscité des jugements contradictoires”.
En un informe secreto fechado el 10 de octubre de 1936 el hermano André Marty afirma: “Tenemos que enseñarles a mantener la cabeza fría y a no fusilar a una de cada diez personas, como se hace ahora”. Al final va a resultar que Marty era un pedazo de pan, “El Miguelito de Albacete”; pero el informe continua:
“Los creyentes tendrían que saber que si detenemos a algunos sacerdotes no es porque sirvan a Dios, sino porque están al servicio del fascismo, esto es, están disparando contra el pueblo y difundiendo propaganda fascista”: España traicionada, pp. 90 y 92.
“Detenemos a algunos sacerdotes…”, en total, entre monjas, seminaristas, frailes, curas y obispos casi 7.000 “detenidos”; es decir, asesinados. Y los seglares “detenidos” por el hecho de ser creyentes católicos cerca de 3.000: no está mal hermano André Marty.
Cuando faltaban dos meses para la retirada de las Brigadas Internacionales, dos brigadistas belgas que estaban encarcelados en la prisión de Casteldefells (Barcelona) escaparon a Francia y denunciaron las condiciones de la prisión y la tiranía del carcelero francés Marcel Lantez, “La Hiena”. André Marty desde el verano de 1937 estaba oficialmente apartado de todo cargo de responsabilidad dentro de las Brigadas Internacionales; pero a primeros de septiembre de 1938 llamó a Barcelona al yugoslavo Svetislav Djordjievic, para que pusiera orden y proporcionase a los presos unas condiciones de vida más normales: “Tienes que decirles que, si quieren, pueden volver a casa o reincorporarse a las brigadas, me dijo Marty con cierta desesperación”. Prosigue Djordjievic: “La comisión comenzó a investigar a los 395 detenidos, cuatro de los cuales fueron entregados a las autoridades españolas. La mayoría optó por volver a las brigadas y sólo uno de ellos quiso volver a casa. Fui a hablar con Marty para decirle que mi trabajo había terminado y que nombrase a otra persona”: Manuel González Moreno-Navarro. Las Brigadas Internacionales (Guerra Civil Española 1936-1939) su paso por Cataluña. Barcelona, 2009, pp. 38 a 42.
Lo dicho: el hermano André Marty, “El Miguelito de Albacete”.
(“Miguelitos” son pasteles rellenos de crema típicos de Albacete).
Ángel Manuel González Fernández, diciembre de 2010.
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