Gracias
al doctor Manuel Alejandro Aguilera Povedano por su valiosa investigación que
marca un antes y un después en la historiografía de la Guerra Civil española:
gracias Manuel por tu gran generosidad intelectual.
En el año 2004
escribí en El chantaje de la izquierda. Las falsedades de la Guerra Civil
española, p. 39, que en el Frente Popular existió una guerra civil, que no
eran rivalidades más o menos violentas que originaron unas decenas o unos pocos cientos de muertos,
sino que se trataba de miles de muertos; que era una de las zonas oscuras y más
silenciadas de la Guerra Civil y cuya investigación estaba por hacerse. “Esto
es tan sólo el adelanto de un pequeñísimo esbozo”, y comenzaba a presentar una serie de sucesos.
Desconocía que
recién editado el libro se había iniciado ya esa difícil investigación que
pedía; y así pues, en el año 2008
finalizaba su tesis doctoral el joven periodista Manuel Alejandro Aguilera Povedano: La Sexta Columna. Enfrentamientos entre facciones antifascistas durante
la Guerra Civil Española. Este fundamental trabajo vino en parte a rellenar
el importante hueco que existía en la historiografía de la Guerra Civil
española. Y digo en parte, porque en la introducción de la tesis y de forma
clara el autor marca los límites de su investigación: “En definitiva, todos los
enfrentamientos aquí relatados son por motivos políticos o rencillas de grupo,
no se han incluido los debidos exclusivamente a la disciplina militar. Si
un comandante fusila a dos comunistas
por haber gritado “estamos copados” en medio del combate, infundiendo pánico en
la tropa, no se ha incluido por no tener motivos políticos. Sin embargo, si un
comunista dispara contra un anarquista por negarse éste a ceder unos camiones a
una unidad que no sea correligionaria suya, entonces sí se ha introducido por
ser fruto del odio y el recelo entre facciones”. Es decir, y por poner dos
ejemplos, en la investigación no figuran los cientos de fusilados por deserción
-“unos 400”- después de la batalla en el madrileño pueblo de Brunete el 24 de
julio de 1937, o ni aparecen en la lista los 46 con nombre y apellidos de
fusilados por insubordinación en el pueblo turolense de Rubielos de Mora el 20
de enero de 1938.
Siguiendo la buena
enseñanza de que “nada es perfecto y todo se puede perfeccionar”, a lo largo de
estos años he ido y estoy corrigiendo y actualizando algunos de los apartados
esbozados en el libro y también
desarrollando otros nuevos, y precisamente uno de los importantes apartados que estaban
pendientes de revisión era el muy
silenciado y casi desconocido de “la
guerra civil dentro de la Guerra Civil”. Conocía la investigación de Manuel Aguilera desde
2009 año de la lectura de su tesis, pero decidí
esperar a que al autor le editasen el trabajo porque me pareció lo más
correcto. Y por fin, la tesis se convirtió en libro con el nombre de: Compañeros y camaradas. Las luchas entre
antifascistas en la Guerra Civil española. Madrid, 2012.
Personalmente
entiendo que ha sido un error editorial el desestimar y no incluir en el libro, el “Listado nominal
de víctimas” con su valioso e identificativo soporte documental, que figura en
el último apartado de la tesis y que es pieza clave y excelente remate a una
gran labor de investigación; porque una cosa es el necesario pulimento y ajuste
de un texto y otra muy distinta el tijeretazo que corta, separa y oculta una
importante parte de la investigación. De
todas formas y a pesar de ese error editorial -que deseo y pido por el bien de
la historiografía se pueda subsanar en posteriores ediciones o que pueda ser
editado por separado un poco más adelante-, estamos sin duda ante una investigación
que marca un antes y un después, al
proyectar luz y memoria a uno de los apartados más oscuros y olvidados de la
Guerra Civil española.
Animo desde aquí a
Manuel a que continúe el trabajo, a que no se desanime y no guarde en su
archivo de los recuerdos como casos cerrados el breve pero valioso historial de
esas víctimas, que los transforme en casos abiertos y que continúe la
investigación hasta convertirla en su especialización, porque él bien sabe que
“son todos los que están, pero que no están todos los que son”. Trabajo que
ahora debe seguir llevando a cabo de forma pausada pero constante, con la tranquilidad que da una acertada labor
emprendida y de la que sabe, sabemos, que se perpetuará como legado en el tiempo.
Y por último y como advertencia al lector
quiero indicar, que citaré de forma singular la obra de Manuel Alejandro Aguilera
Povedano sólo bajo el nombre y apellido del autor y como investigación unitaria
y total; es decir, que haré referencia sin distinción tanto de la tesis como
del libro y sin citar la página de referencia, para animar al lector a que haga
un esfuerzo para que no falte en su biblioteca este fundamental y sin par libro
de la Guerra Civil española.
El 10 de junio de
1936 se produce un enfrentamiento sindical en Málaga, los de la CNT asesinan de
un balazo en la nuca al concejal comunista y de la UGT Andrés Rodríguez
González, una hora después responden los de la UGT abatiendo a balazos al
dirigente de la CNT Miguel Ortíz Acevedo. Al día siguiente es asesinado el
socialista y Presidente de la Diputación Antonio Román Reina. Finaliza la
batalla con la muerte de Carlos Santiago Robles obrero y de la CNT, y una bala
perdida acaba con la vida de la niña de 11 años María Manzanares de la Cruz,
hija de un militante a la CNT: La
Vanguardia, 12 de junio de 1936, p. 23 y 14 de junio, p. 26. ABC, 13 de junio
de 1936, p. 31 y 14 de junio, p. 44.
A finales de julio
de 1936 en Cataluña “la CNT mató a más
de ochenta hombres, miembros de la UGT” del Transporte. La información es de un
secreto confidente infiltrado en la CNT
con buena y precisa información, que se la facilitó al cónsul soviético en
Barcelona Vladimir Antonov-Ovseenko en una reunión que mantuvieron el día 12 de
octubre, y que dos días después el cónsul
elaboró el informe y lo envió a Moscú al Comisariado del Pueblo para Asuntos
Exteriores: Alto secreto. Cónsul general de la URSS en Barcelona. 14 de octubre
de 1936: Ronald Radosh, Mary R. Habeck y
Grigory Sevostianov. España traicionada. Stalin y la guerra civil. Nueva York,
2001, p. 76. Barcelona, 2002, p. 115. (En lo sucesivo se citará la versión
española). La información del asesinato de “más de ochenta miembros de
la UGT” puede parecer algo exagerada,
pero dicho dato lo viene a corroborar y
a ampliar meses después la siguiente información: “El líder de la UGT del
Transporte en Cataluña, Agustín Arcas, afirma que “la carrera de asesinatos de
los obreros del transporte de la UGT llegó a 200”. Informe de radio III del
PSUC. Barcelona 15 de enero de 1937”: Manuel
Aguilera.
Dentro del
comunista Quinto Regimiento se creó la Compañía de Acero y una de sus consignas
era: “Si mi camarada avanza o retrocede sin órdenes, tengo derecho a disparar
sobre él”: Burnett Bolloten. La Guerra
Civil española. Revolución y contrarrevolución. Madrid, 1997, p. 434.
Los asesinatos de
modestos campesinos, artesanos y comerciantes, la mayoría partidarios del
Frente Popular, asesinatos cometidos por la CNT-FAI al imponer e implantar por
la fuerza de las armas las colectividades agrícolas: Burnett Bolloten, pp. 155 a 159.
“Los anarquistas
han puesto en práctica repetidamente, por medios administrativos, el llamado
comunismo libertario, que es la caricatura más extrema del movimiento
revolucionario. En los pueblos y capitales de provincia donde han abolido el
dinero, retirado de la circulación, por la fuerza, el que poseía cada uno y
estableciendo un sistema de cupones para absolutamente todos los bienes de
consumo; han colectivizado todas las propiedades, incluidos los pájaros
domésticos, etc. Cualquiera que protestara contra eso era declarado fascista y
sometido a represión e incluso asesinado. Debido a esto hubo varios pequeños
levantamientos, aplastados por las fuerzas armadas de los anarquistas. Jefe de Departamento del Servicio de
Inteligencia del Ejército Rojo, comandante Nikonov, 20 de febrero de 1937”: Ronald Radosh, Mary Habeck y Grigory
Sevostianov, pp. 177 y 178.
Edward Knoblaugh
corresponsal estadounidense en Madrid en 1936 escribe: “Los anarquistas y los
socialistas-comunistas se mataban entre sí con regularidad uno o dos muertos al
día. La liquidación de españoles partidarios de Trotsky y la ejecución de
cientos de izquierdistas moderados, bajo acusación de sabotajes y actividades
contrarrevolucionarias”: Edward
Knoblaugh. Corresponsal en España. (Nueva York, 1937). Madrid, 1967, pp. 226 y
271.
Entre los últimos
días de julio o tres primeros de agosto de 1936, es fusilado en Buitrago
(Madrid) por los comunistas el socialista teniente coronel Cuervo falsamente
acusado de traición, según los testimonios del ex ministro de Gobernación del
Frente Popular y socialista Julián Zugazagoítia, el ex vicesecretario de
Interior del Frente Popular hermano y socialista Juan Simeón Vidarte , el ex
gobernador del Banco Exterior de España el republicano Ramón López Barrantes, y
el ex ministro de la Guerra del Frente Popular el general republicano Luis
Castelló Pantoja : Julián Zugazagoítia.
Historia de la guerra en España. Buenos Aires, 1940, p. 130. Juan-Simeón
Vidate. Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español. México,
1973, pp. 391 y 392. Ramón López Barrantes. Mi exilio (1939-1951). Madrid,
1974, p. 67. Dolores Castelló Gauthier. Retazos de la vida del general
Castelló. Madrid, 1988.
En Barcelona en
agosto de 1936 fueron ejecutados por sus compañeros anarquistas, Fernández
presidente del Sindicato de la Alimentación de la CNT y José Gardeñas y su
grupo: José Peirats. La C.N.T. en la
revolución española. Toulouse, 1951, t. I, p. 181. Juan García Oliver. El eco
de los pasos. Barcelona, 1978, p. 230. César Alcalá. La represión política en
Cataluña. Madrid, 2005, p. 234.
El sociólogo e
historiador nacido en Austria, Franz Borkenau, que fue colaborador de la
Internacional Comunista, durante su estancia en Barcelona anotaba en su diario
el 17 de agosto de 1936: “Un diputado comunista y miembro del comité central
del partido de Madrid, Jesús Hernández, ha concedido una entrevista a un
periódico francés no socialista (el Paris Midi, si no me equivoco) en que cubre
de oprobios a los anarquista, dice a las claras que tras la derrota de Franco
los comunistas les harán trizas”: Franz
Borkenau. El reñidero español. (Londres, 1937). Barcelona, 2001, p. 139.
Del 6 al 17 de
diciembre de 1937 se celebró en París un congreso secreto de la Asociación
Internacional de los Trabajadores o I Internacional, y en la intervención del secretario nacional
del la CNT Mariano Vázquez declaró:
“Por el momento, lo que nos interesa es ganar la guerra. Una vez que lo hayamos
logrado, reanudaremos la ofensiva en el terreno social y entonces ¡la
revolución no tardará en realizarse! Ganaremos y en España habrá un
totalitarismo de la CNT”: Burnett Bolloten, pp. 762 y 763.
En definitiva, la
lucha entre el comunismo prosoviético y el “comunismo libertario” (Burnett
Bolloten, p. 143) no sometido a Moscú estaba servida.
A finales del
verano de 1936 cerca de Barbastro (Huesca), “veinticinco miembros de la UGT
fueron asesinados por los anarquistas”: Ronald
Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov,
p. 115.
Félix Marión
“Benarda” había sido alcalde republicano de Apiés (Huesca) y desde finales de
agosto de 1936 recorría la comarca lista en mano participando en una treintena
de asesinatos, hasta que el 28 de octubre de 1936 fue asesinado de tres tiros
en la cabeza por el capitán o comandante del Frente Popular Zapatero: José Mª Azpíroz Pascual. La voz del olvido.
La Guerra Civil en Huesca y La Hoya. Huesca, 2007, pp. 444 y 445. Internet: “Fosa común-APIÉS”. Para el socialista Ministerio de Cultura figura
como una de las Víctimas de la Guerra
Civil y Represaliados del Franquismo.
El 6 de septiembre
de 1936 es asesinado por comunistas el delegado de Abastos en Madrid y
militante de la CNT Manuel López: ABC, 8
de septiembre de 1936, p. 15. La Vanguardia, 8 de septiembre de 1936, p. 11.
Manuel Aguilera.
Sobre el 20 de
octubre de 1936, el general republicano José
“Asensio se dirigió al frente de Tagus y ordenó allí mismo la ejecución
de treinta milicianos que fueron descubiertos regresando a Madrid sin autorización”:
Edward
Knoblaugh, p. 52.
La mañana del 31 de
octubre de 1936, el coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León durante una
desbandada en el frente de Parla (Madrid) saca su pistola y asesina de un tiro
a un capitán: “media docena de fusiles apuntan su rígida carga… Al coronel le
tenían ya ganas por “faccioso”, pues llevaba en pocas fechas despachados a
bastantes, en forma semejante a la empleada esa mañana”. Testigo el militar Ángel Lamas Arroyo. Unos… y… otros…
Barcelona, 1972, pp. 90 a 93.
Esa versión de lo
sucedido ha sido confirmada por familiares del coronel, según una reciente
investigación de Héctor Alonso García. El
coronel Puigdengolas y la batalla de Badajoz (agosto de 1936). Valencia, 2014,
pp. 323 a 336.
El 1 de noviembre
son asesinados en el frente de Madrid el comunista y brigadista alemán Hans
Beimler y su ayudante. El caso es analizado en el tema editado: “El asesinato del comunista y brigadista
alemán Hans Beimler”.
En cuanto a las
ejecuciones y asesinatos en las Brigadas Internacionales está recogido y
ampliado en el tema editado: “Ejecuciones y asesinatos en las Brigadas
Internacionales”.
El 19 de noviembre
de 1936 en el frente de la Ciudad Universitaria de Madrid, el líder anarquista
Buenaventura Durruti es herido de muerte de un disparo a corta distancia y por
la espalda.
En un informe “alto
secreto” de noviembre de 1936 de fecha desconocida, pero que del mismo escrito
del informe se deduce que fue elaborado dos
o tres días antes del 14 de noviembre, el cónsul general de la URSS en
Barcelona Vladimir Antonov-Ovseenko, lanzaba duras acusaciones contra Durruti
colocándole en el centro de la diana: “Durruti estaba absolutamente en contra
de enviar refuerzos a Madrid; atacó con duras palabras al gobierno central,
“que se estaba preparando para la derrota”; calificó la situación de Madrid de
desesperada, y concluyó que Madrid tenía una importancia puramente política, y
no estratégica. Esa actitud por parte de Durruti, que goza de una influencia
excepcional sobre todos los catalanes anarcosindicalistas que están en el
frente, debía ser vencida costara lo que costara. Era necesario intervenir con
fuerza. Y Durruti cedió, declarando que podría enviar a Madrid un millar de
combatientes selectos. Al saber que se había “descubierto” cierto tipo de
nuevas armas (Winchester), en lugar de enviar las unidades directamente desde
el frente a Madrid, decidió enviarlas desarmadas a Barcelona, dejando sus armas
(sistema Máuser) en el lugar que habían ocupado en el frente y llamando para
que las sustituyeran a reservas (sin armas) de Barcelona. Así, Durruti
consiguió su objetivo y el frente de Aragón no se debilitó. De esta forma,
Durruti afianzaba el esfuerzo de la CNT y la FAI para socavar el apoyo armado
del actual gobierno de Cataluña”: Ronald
Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov, pp. 122 y 123. Manuel Aguilera
hace una excelente investigación del caso.
Las ejecuciones y
asesinatos realizados por las anarquistas y autónomas Columna de Hierro y
Columna del Rosal, sus enfrentamientos con otras fuerzas del Frente Popular;
como por ejemplo, cuando la Columna de Hierro sembró el terror en Valencia en
noviembre de 1936, y su batalla con la Guardia Popular Antifascista, policía
socialista-comunista, con un saldo de 148 muertos: Línea de Fuego (diario de la Columna de Hierro), 5 de noviembre de 1936 citado en Burnett Bolloten, pp. 527 y 528. Según el ex
vicesecretario de Interior del Frente Popular hermano y socialista Juan SImeón Vidarte los muertos fueron “cincuenta”, p.612.
El joven poeta y dirigente comunista inglés John Cornford, el 14 de agosto de 1936 se unió en Liceña
(Zaragoza) a una columna del POUM. Al mes siguiente cae enfermo y retorna a su
casa de Cambridge. Regresa a España en noviembre y se incorpora a las Brigadas
Internacionales, y en el frente de la Ciudad Universitaria recibe el primer
aviso, es herido en la cabeza por fuego amigo. Destinado al frente de Córdoba
muere en Lopera (Jaén) el 27 ó 28 de diciembre. Según confesó años después su
madre Frances Cornford a Hugh Thomas, “a su hijo le habían disparado a posta
sus compañeros del Partido Comunista porque estaba a punto de abandonarlo”: Franz Borkenau, pp. 102, 131 y 135. “John Cornford:
Biography ”en www.spartacus.schoolnet.co.ut. Miguel Alonso Baquer. La Guerra Civil española
(Sesenta años después). Madrid, 1999, p. 407.
A finales de
diciembre de 1936, en el pueblo tarraconense de La Fatarella hubo un enfrentamiento
entre socialistas y comunistas de la UGT contra anarquistas de la CNT-FAI, “se
restableció el orden después de que una veintena de hombres muriera en la
lucha, que duró dos días”: Edward
Knoblaugh, pp. 226 y 227. En realidad “todo comenzó el 22 de enero de 1937.
La resistencia se tradujo en combates que se saldaron con 35 muertos en total,
en su mayoría opositores a la colectivización”, entre ellos “17 militantes de
izquierda”: Manuel Aguilera.
Un caso poco
conocido pero que de haber ocurrido en el otro bando hubiera hecho correr
todavía ríos de tinta, es el asesinato de Constantina Jarque Santiago,
conocidísima vedette catalana con el nombre de Tina de Jarque. Al parecer, Tina
había ido reuniendo a lo largo de su vida artística joyas y dinero por valor de
unos cuantos millones de pesetas; y juntamente con su amante Abel Domínguez
conocido militante y dirigente de la CNT de Málaga, pretendían desde Madrid
partir con su tesoro rumbo a la frontera francesa, pero en Castellón fueron
detenidos por los milicianos y entre el 5 y el 10 de enero de 1937 fueron
ejecutados. Un buen seguimiento del caso el realizado por: Juan Antonio Ríos Carratalá. El tiempo de la desmesura. Barcelona, 2010,
pp. 68 a 146.
El 16 y 17 de marzo
de 1937, en Villanueva de Alcardete (Toledo), por orden del alcalde comunista y
de la UGT fueron asesinados 16 anarquistas: José
María Ruiz Alonso. La Guerra Civil en la provincia de Toledo. Ciudad Real,
2004, t. I, pp. 482 y 483.
Caspe (Zaragoza) 14
de abril de 1937. Informe urgente al Comisario General de Guerra con respecto a
lo sucedido a las columnas anarquista en Santa Quiteria, cerca de la navarra
Sangüesa: “Un reducido número de aparatos, cazas casi todos ellos, se colocó
encima de nuestras fuerzas, a las que ametralló terriblemente por espacio de
más de TRES HORAS. Bajas y más bajas hasta sobrepasar con mucho el millar.
Fueron inútiles todas las apelaciones hechas para que acudiesen nuestros cazas.
Lo sucedido ha indignado a las Divisiones “Luis Jubert”, “Durruti” y “Ascaso”,
que sospechan en esto maniobras de tipo político contra ellas. Y además, la
desmoralización de nuestras fuerzas ante el golpe durísimo recibido ante el
abandono por parte de nuestra aviación”. El Informe completo en www.asturiasrepublicana.com,
que lo titula: “Las milicias de la CNT en
el frente de Aragón víctimas de una horrorosa carnicería”.
En Molins de
Llobregat (Barcelona) el 25 de abril de 1937 es asesinado Roldán Cortada Dolcet
dirigente del PSUC y de UGT. Al día siguiente en Puigcerdá (Gerona) son
abatidos el anarquista Antonio Martín y dos de sus compañeros: Burnett Bolloten, pp. 653 y 654. Ángel David Martín Rubio. Paz, piedad, perdón… y verdad. La represión en la
guerra civil: una síntesis definitiva. Madridejos (Toledo), 1997, p. 137. Manuel Aguilera hace una buena síntesis de
todo ello.
Antonio Sesé Artaso
secretario de la UGT y dirigente del
PSUC, el 6 de mayo de 1937 es herido de muerte de un disparo realizado por
militantes del PSUC. En un informe secreto de 14 de octubre de 1936 elaborado
por André Marty, el dirigente de la
Internacional Comunista ponía ya a Antonio Sesé en la diana al afirmar: “Sesé,
un hombre sospechoso desde todos los puntos de vista”: Radosh, Habeck y Sevostianov, p. 73. Burnett Bolloten, pp. 690, 692 y
693. Manuel Aguilera.
Los sucesos del
mayo catalán de 1937. Existe una amplia bibliografía sobre este importante tema,
una buena síntesis está recogida en Burnett
Bolloten pp. 659 a 704. Manuel Aguilera
realiza sin duda en mejor trabajo
llevado a cabo hasta el momento, y sitúa “en toda Cataluña 279 víctimas
mortales con nombre y apellidos”. De todas formas creo que sigue vigente la
llamada de atención de unos de los primeros investigadores del número total de víctimas, José Manuel Martínez Bande
cuando advertía: “Sin embargo, las cifras reales deben ser forzosamente
superiores, pues a los citados nominalmente en la relación deben añadirse otros
que, por unas causas u otras, no fueron controlados: muertos en prisiones
clandestinas o asesinados no conocidos o conocidos mucho después”: La invasión de Aragón y el desembarco de
Mallorca. Madrid, 1970, p. 237 llamada 281.
Al conocerse los
sucesos de Barcelona, el 4 de mayo de 1937 fuerzas anarquistas abandonan sus
posiciones en el frente de Aragón y se dirigen a la Ciudad Condal a defender a
sus compañeros los anarquistas catalanes. A su paso por las poblaciones
aragonesas camino de Cataluña se producen enfrentamientos, ejecuciones y
asesinatos. Manuel Aguilera en su
investigación recoge con detalles todos estos acontecimientos.
Después del mayo
catalán vendrían las represiones, primero contra el POUM, hasta casi su total
exterminio. “En un informe a León Trotsky fechado el 6 de julio de 1937, Erwin
Wolf (más tarde detenido y presumiblemente asesinado por la NKVD) afirmaba: “Es
imposible decir cuántos miembros activos quedan del POUM. 100, 200, 300, como
máximo. Es imposible localizarlos. Su actividad clandestina –a juzgar por sus
octavillas ilegales- es mínima”: Burnett
Bolloten, llamada 84 cuyo texto está en la p. 783.
Andreu Nin Pérez,
ex hermano, ex consejero de la Generalidad de Cataluña y uno de los líderes del
POUM, es detenido en una muy preparada redada el 16 de junio de 1937 en
Barcelona. Por orden del jefe del NKVD Alexander Orlov es trasladado a Madrid
donde es torturado hasta la muerte y su cadáver nunca apareció. Tema editado: “Los
inconfesables crímenes del Frente Popular: el secreto horno crematorio de
Alexander Orlov”.
“La participación
del NKVD en multitud de crímenes en España, puede determinarse con un elevado
grado de certeza, a pesar de que en algunos casos no existen pruebas directas”:
Boris Volodarsky. El caso Orlov. Los
servicios secretos soviéticos en la guerra civil española. Barcelona, 2013, p.
223.
En julio de 1937 en
Brunete (Madrid), “dieciocho hombres, entre ellos un teniente y tres
suboficiales fueron fusilados. El comisario de la división y el comandante de
la brigada (anarquistas) fueron fusilados por Líster”: Informe alto secreto del
general Karol Sverchevski, “Walter”, recogido por Ronald Radosh, Mary Habeck y Grigory Sevostianov, p. 563.
De las numerosas
ejecuciones ordenadas por el comunista Enrique Líster, incluso de algunas de
ellas alardeó ufano hasta el último día de su vida, se han tratado en el tema
editado: “Los asesinatos de Enrique Líster (Jesús Liste Forján)”.
Tema en el que se analiza, entre otros, los 60 asesinados en el pueblo toledano
de Mora.
Otro nuevo informe
sobre las ejecuciones en Brunete en julio de 1937 afirma, que “la división de Líster se
desmoronó y huyó. Se han aplicado las más duras medidas represivas. El 24 de
julio fueron fusilados unos 400 de entre los que habían huido”: Informe fechado
el 8 de octubre de 1937 del general y principal consejero militar soviético
Grigori Shtern, recogido por Antony
Beevor. La Guerra Civil española. Barcelona, 2005, pp. 419 y 735.
Después de terminar
con el POUM tras la batalla del mayo catalán en todo el territorio dominado por
el Frente Popular, socialistas y comunistas desataron una campaña contra las
colectividades agrarias anarquistas. Enrique Líster, el comandante comunista de
la XI División fue el responsable de numerosos asesinatos de campesinos; pero
tanto en número como en crueldad fue superado por su camarada comunista
Valentín González, “el Campesino”: Burnett
Bolloten, pp. 795 a 797.
Finalizada la liquidación de las
colectividades agrarias le llegó el turno al anarquista Consejo de Aragón
instalado en Caspe (Zaragoza). Aragón en julio de 1936 había quedado dividido
en dos territorios, las capitales Zaragoza, Huesca y Teruel y algunas
poblaciones eran zona nacional, y desde octubre los anarquistas se habían
adueñado de la otra parte de Aragón, y
que según los comunistas era zona dominada por el pillaje, el desorden y el
crimen.
El 5 de agosto de
1937 el ministro de Defensa el socialista Indalencio Prieto Tuero llamó a su
despacho Enrique Líster. Prieto muy astuto le dio la orden no escrita sino
verbal, de que actuase sin contemplaciones y acabase con el anarquista Consejo
de Aragón. Enrique Líster que además de asesino contaba con una de las mejores unidades armadas del Frente Popular cumplió
eficazmente la orden verbal.
A finales de
agosto, cuando las tropas comunistas de Líster
casi dominaban todo el territorio aragonés que había estado en poder de
los anarquistas, fue nombrado gobernador general para aquella zona el militante
de Izquierda Republicana José Ignacio Mantecón, que llegó al mando de dos
compañías de Guardias de Asalto. Con las tropas de Mantecón más las de Líster se dio por finalizada la
misión: Burnett Bolloten, pp. 797 a 807.
“77 Brigada Mixta,
al incorporarse un reemplazo a dicha Brigada fueron asesinados en dos meses
unos doscientos; por lo cual tuvo que ser reorganizada la Brigada sin haber
entrado en combate. En el Batallón Alpino que cubrieron en el sector de la Sierra de
Guadarrama, fueron asesinados unos 200 soldados”: Causa General. La dominación roja en España. Ministerio de Justicia.
Diciembre, 1943, pp. 299 y 301.
“4 de noviembre de
1937. (…) el “Gobierno soberano” de Asturias, que allí llaman “el gobernín”,
nombró a Pradas [coronel Adolfo Prada
Vaquero] comandante en jefe. Pradas se resolvió a emplear la manera fuerte contra
los que se desbandaban o no se batían. Un día fusiló a tres jefes de brigada, a
seis jefes de batallón y otros más, hasta diecisiete. Al día siguiente fusiló a
ocho. Así restableció la disciplina y levantó la moral relativamente. Porque ha
habido casos de poner las ametralladoras detrás de nuestras líneas, amenazando
a quienes las defendían, o a quienes las abandonaban”: Manuel Azaña. Obras completas. México, 1968, vol. IV, p. 847.
Con respecto a la
declaración en noviembre de 1937 del comunista francés André Marty ante el
Comité Central de su partido, responsabilizándose de casi quinientas
ejecuciones ordenadas por él, todo ello
está recogido y analizado en el tema editado: “El texto de las 500
ejecuciones ordenadas por André Marty, “El Miguelito de Albacete”.
El periodista “de
The Times, Kim Philby, que trabajó para el servicio secreto ruso durante casi
30 años entre 1935 y 1964 [“Círculo de Cambridge” o “Los cinco de Cambridge”],
puso una granada en el maletero del
coche, que segó la vida de tres periodistas anglosajones, Dick Sheepshanks,
Bradish Johnson y Edward Neil. Ocurrió en Caudé cerca de Teruel el último día
de 1937”: Hugh Thomas. ABC, 23 de mayo de
2010, p. 3.
“Un informe firmado
por Rojo el 31 de diciembre de 1937 se refiere a la ejecución de seis
“agitadores” a raíz de una desbandada. El Ejército del Ebro
puso en funcionamiento un rigidísimo sistema disciplinario, que incluía una
compañía correctiva en cada Cuerpo (…). Pero parece que se ha hecho desaparecer
la documentación relativa al número de ejecuciones, que no hemos encontrado en
los archivos”: Michael Alpert. El
ejército republicano en la guerra civil. Barcelona, 1977, pp. 222 y 223.
El 20 de enero de
1938 fueron fusilados en el pinar de Piedras Gordas, a tres kilómetros de la
turolense Rubielos de Mora, 46 milicianos acusados de insubordinación: Ángel David Martín Rubio, p. 125. Y una
buena investigación de Pedro Corral. Si
me quieres escribir: la batalla de Teruel: gloria y castigo de la 84ª Brigada
Mixta del Ejército Popular. Barcelona, 2004.
Entre los meses de
enero y febrero de 1938 en el frente de Teruel, una compañía anarquista con
mando comunista después de absurdos ataques pierde el 80 por ciento de sus
efectivos. Como represalia el anarquista Francisco Sabaté Llopart
"Quico", asesina de un tiro al comisario comunista Ariño: Antonio
Téllez. La guerrilla urbana en España: Sabaté. Paris, 1972, pp. 16 y 17.
En el frente de Aragón el 13 de abril de 1938, una compañía anarquista de la 26 División, al pasar por la carretera de Doncella frente a la base del Batallón disciplinario del comunista XI Cuerpo del ejército son llamados sus mandos a la base, y sus tres tenientes y el comisario político fusilados al día siguiente por la mañana: Diego Abad de Santillán. Por qué perdimos la guerra. Una contribución a la historia de la tragedia española. Madrid, 1975, pp. 297 y 298.
En el frente de Aragón el 13 de abril de 1938, una compañía anarquista de la 26 División, al pasar por la carretera de Doncella frente a la base del Batallón disciplinario del comunista XI Cuerpo del ejército son llamados sus mandos a la base, y sus tres tenientes y el comisario político fusilados al día siguiente por la mañana: Diego Abad de Santillán. Por qué perdimos la guerra. Una contribución a la historia de la tragedia española. Madrid, 1975, pp. 297 y 298.
En la huida de las
tropas del Frente Popular camino de la frontera francesa, en febrero de 1939
fueron ejecutados 16 personas entre las poblaciones de Gironella y Olvan
(Barcelona). En ese grupo de asesinados se encontraban Paulino Masforroll Canal
y Ramón Morera Torrents, militantes de Esquerra Republicana de Catalunya y
regidores del Ayuntamiento de Gironella; y juntamente con ellos también fue
asesinado Luis Nicolau Fort.
Luis Nicolau Fort,
“Leopoldo Noble”, era el famoso anarquista de la FAI que junto a otros dos
compañeros participaron en el magnicidio del presidente del gobierno Eduardo
Dato Iradier, el 8 de marzo de 1921 en Madrid. Como anarquista de acción
violenta también se sabe, que el 27 de julio de 1936 había asesinado en
Gironella al también anarquista Manuel Guixé Pijoan: Josep M. Solé i Sabaté. Joan Villarroya i Font. La repressió a la
reraguarda de Catalunya. Barcelona, 1989, vol. I, p. 322. María Teresa Martínez
de Sas. Pelai Pagès i Blanch. Diccionari biogràfic del moviment obrer als
Països Catalans. Barcelona, 2000, pp. 527 y 975. César Alcalá. La represión
política en Cataluña (1936-1939). Madrid, 2005, p. 250.
“París
22-IV-39.
Compañero
Cipriano Mera. Estimado amigo: (…). Si usted me pudiera facilitar la
información de lo sucedido en Madrid se lo agradecería. ¿Por qué no se
sublevaron mucho antes? Suyo y de la causa. Francisco Largo Caballero”: Emilio Romero Gómez. Los papeles reservados
de Emilio Romero Gómez. Barcelona, 1985, vol. I, p. 101.
Del 5 al 13 de
marzo de 1939 tuvo lugar en Madrid la última batalla de la guerra civil en la
Guerra Civil, donde se enfrentaron fuerzas prosoviéticas socialistas y
comunistas contra fuerzas anarquistas de Cipriano Mera Sanz y del militar
profesional y republicano el hermano Segismundo Casado López. Tampoco se conoce
el número exacto de muertos, pero en el detallado trabajo y sin duda la mejor
investigación hasta el momento, Manuel Aguilera documenta más de dos
centenares de víctimas llegando a un
“total de 262” de caídos en Madrid. Se sabía, por ejemplo, que entre esas
víctimas estaban la del comunista y hermano coronel Luis Barceló Jover y la del
también comunista comisario José Conesa,
fusilados por orden del coronel o general Casado; y que anteriormente fuerzas de Barceló habían
ejecutado a los ayudantes de Casado, los coroneles José Pérez Gazzolo, Arnoldo
Fernández Urbano, Joaquín Otero Ferrer y al comisario Ángel Peinado Leal.
En su tesis
doctoral Manuel Aguilera aportaba un
total de 982 víctimas, 898 perfectamente identificadas documentalmente con
nombre y apellidos, y las 84 restantes también identificadas pero sin nombre ni
apellidos; y que como bien matizaba en la introducción de su tesis, esos
asesinados lo fueron “por motivos
políticos o rencillas de grupo, no se han incluido los debidos exclusivamente a
la disciplina militar”. En el libro queda excluido el soporte documental y se aporta
un listado de 1000 víctimas, 909 identificadas con nombre y apellidos y las 91
restantes identificadas pero sin nombre y apellidos; pero como el mismo Manuel Aguilera sabe, a esa cifra
redonda final se podría haber añadido – y por el momento- más de 100 víctimas que también habían sido
documentalmente identificadas. En definitiva, que “son todos los que están,
pero no están todos los que son “.
Finalizada la
Guerra Civil e incluso después de la II Guerra Mundial, asesinos comunistas
prosoviéticos y comunistas libertarios refugiados en Francia continuaron
eliminando antifascistas españoles, se estima que en Francia fueron eliminados
cerca de 200, y de ellos hasta el momento se han identificado a 35. Y en España
en la guerra del maquis que se prolongó
hasta mediados de los años 50, la cifra total de eliminados e identificados
hasta el momento -incluidos también los muertos por fuego amigo- es de 176. Así
pues, de los asesinatos de exiliados y maquis cometidos en territorio francés
se puede estimar que de cada 10
eliminados 8 ó 9 fueron obra de los comunistas fieles a Moscú, unos ejecutados por
los militantes del PCE y otros ordenados directamente por la dirección del
partido, es decir, Santiago Carrillo Solares y Dolores Ibarruri Gómez, entre
otros; y de los otros 1 ó 2 eliminados los responsables fueron los comunistas
libertarios o anarquistas. En cuanto a
los asesinatos cometidos en España se puede estimar que de cada 10 maquis 7 u 8
fueron eliminados por los comunistas prosoviéticos, y los otros 2 ó 3 maquis
eliminados por los comunistas libertarios o anarquistas. Todo ello es tratado
en el tema editado: “Exiliados y maquis asesinados por los
comunistas”.
Ángel Manuel
González Fernández, mayo de 2012 y
noviembre de 2015.